viernes, 21 de febrero de 2020

En busca del enamorado (4)



ISABELA         Duque Octavio, por aquí     
                        podrás salir más seguro.     

D. JUAN           Duquesa, de nuevo os juro 
                        de cumplir el dulce sí.          

ISABELA         ¿Mis glorias serán verdades,           
                        promesas y ofrecimientos,  
                        regalos y cumplimientos,     
                        voluntades y amistades?     

D. JUAN           Sí, mi bien.

ISABELA         Quiero sacar
                        una luz.

D. JUAN           Pues, ¿para qué?

ISABELA         Para que el alma de fe        
                        del bien que llego a gozar.  

D. JUAN           Mataréte la luz yo.    

ISABELA         ¡Ah, cielo! ¿Quién eres, hombre?     

D. JUAN           ¿Quién soy? Un hombre sin nombre.         

ISABELA         ¿Que no eres el duque?

D. JUAN           No.

ISABELA         ¡Ah de palacio!

D. JUAN           Detente;
                        dame, duquesa, la mano.     

ISABELA         No me detengas, villano.      
                        ¡Ah, del rey! ¡Soldados, gente!         


     El autor que así cuenta uno de los terribles engaños del seductor don Juan Tenorio, escribió también la historia de nuestro enamorado. Aunque, quizá, quien más lo popularizó fue el hijo de un ebanista alemán nacido en Madrid en 1806.

     Anota en tu cuaderno de investigador el nombre de uno de esos dos escritores que contaron la triste historia de nuestro enamorado.

     Suponemos que, llegados a este punto, sabes ya todos los datos.  Envíanoslos al correo bibliotecaiesarenas@gmail.com. 
     
     No te olvides de ninguno:
     ·siglo en el que vivió
     ·país en el que buscó fortuna
     ·ciudad donde estuvo retenido a su regreso
     ·escritor que contó su historia
     ·nombre del enamorado y de su amada

     Esperamos que hayas disfrutado de este nuevo viaje detectivesco por la literatura.


¡Suerte!

jueves, 20 de febrero de 2020

En busca del enamorado (3)



     Una vez de regreso a su ciudad, nuestro enamorado sufrió un nuevo revés del destino. Otra mujer que se encaprichó de él, le retuvo en su ciudad, precisamente la misma en la que nació el escritor de esta novela cuyo comienzo puedes leer a continuación:

El cuerpo de Ulises Adsuara apareció flotando en la bahía un domingo de agosto a las dos de la tarde cuando la playa estaba llena de gente. Las olas, que en ese momento eran suaves, lo fueron sacando a tierra boca arriba desde alta mar y al principio sólo era un punto oscuro que se divisaba más allá del rompiente del segundo espigón, por eso muchos bañistas lo confundían con un palangre o un madero, pero después su forma se fue concretando y finalmente comenzó a flotar con los brazos abiertos entre la multitud que chapoteaba en la orilla.

Nadie habría reparado en aquel cuerpo si hubiera ido en traje de baño ya que la suavidad de su vaivén era parecida a la de esos nadadores que se hacen el muerto, pero en este caso se trataba de alguien que nadaba vestido con esmoquin, pantalón gris negro con cinta de seda, fajín, camisa blanca, corbata de lazo y zapatos de charol. También llevaba una flor silvestre en el ojal que el oleaje no había logrado arrancar. Hubo un momento en que su mano crispada rozó el costado de una chica cuando ya el ahogado venía flotando entre los bañistas más alejados de la orilla y el reproche que la chica le lanzó de repente se convirtió en un grito de pánico que alertó a cuantos estaban alrededor y que enseguida se multiplicó en unas voces de auxilio o de terror cuando finalmente la gente se dio cuenta de que estaba nadando junto a un muerto.

Anota en tu cuaderno de investigador la ciudad en la que nuestro enamorado estuvo retenido

miércoles, 19 de febrero de 2020

En busca del enamorado (2)



     Nuestro enamorado era muy pobre, demasiado para alcanzar la mano de su amada. Así que debió abandonar su casa y viajar muy lejos para lograr fortuna. Y lo consiguió. Con esta pista lograrás saber el país al que viajó.


CELEBRACIÓN DE LA REALIDAD

Por alto y radiante que sea el deseo
no puede tocar el cuello del sol.
La realidad es la flor más marchita
en el jardín de las palabras.
Realidad: sueño que no visita
ni hace amistad
más que con los párpados durmientes.
A veces el cuerpo parece un árbol
cuyo más bello fruto, el sueño,
no se puede recoger.
No hay diálogo entre el fuego y el agua:
un abrazo
hasta extinguirse.
La realidad
en la que se han convertido los caminos de la derrota
es la única
que conduce a los caminos de la libertad.
El olvido tiene una guitarra
en la que el recuerdo toca
sus calladas tristezas.

El poeta autor de este hermoso poema nació en el mismo país al que nuestro enamorado tuvo que ir en busca de fortuna.


Anota en tu cuaderno de investigador el nombre del país.


martes, 18 de febrero de 2020

En busca del enamorado (1)




     Nuestro enamorado vivió -suponiendo que su leyenda fuera verdad- hace muchos siglos; en concreto, en el mismo en el que reinó el monarca del que se habla en este texto:

Es uno de los monarcas más sorprendentes de toda la Edad Media. Heredero de los reinos de Castilla y León más el territorio andalusí, ganado por las armas a los musulmanes, disponía de bases sólidas para el establecimiento del reino cristiano más grande y poderoso de la Península. Fue un monarca de dimensiones internacionales, firme candidato al solio imperial. Adecuó su política, comprometió su prestigio y, hecho más delicado, las finanzas del reino, al denominado “fecho del imperio”.
Este fracasado empeño, unido a una empresa cultural de altos vuelos, desarrollada desde un particular modelo de corte culta, letrada, consagrada a un ideal de sabiduría y valores caballerescos. Este entorno cortesano representa de manera esencial el espacio político, intelectual e incluso emotivo del soberano, y refleja, mejor que ninguna otra instancia del reino, la fábrica de sueños de su animado gestor. Poetas, músicos, artistas, médicos, astrónomos, historiadores, juristas y científicos, llamados por el monarca y atraídos por el saber, fueron reunidos para elaborar un ambicioso proyecto intelectual.
Y anota en tu libreta de investigador el siglo en el que vivió nuestro enamorado

lunes, 5 de noviembre de 2018

4.Nuestro "otro yo"

Imagen relacionadaImagen relacionada


Robert Louis Stevenson logró con su novela El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde dar forma literaria a un asunto trascendental del ser humano: su conflicto interior entre el bien y el mal. Esta novela ha tenido numerosísimas versiones teatrales y cinematográficas y, por su profundidad y simbolismo, desborda el mero género de misterio psicológico.

   Apenas acababan de dar las doce en los relojes de Londres cuando sonó quedamente el llamador de la puerta. Acudí a abrir y hallé a un hombre de corta estatura agazapado entre las columnas del pórtico. 
   -¿Viene usted de parte del doctor Jekyll? -le pregunté.
   Me respondió que sí con un ademán cohibido, y cuando le rogué que pasara no lo hizo sin antes lanzar una mirada por encima del hombro hacia la oscuridad de la plaza. A poca distancia pasaba un policía con la linterna encendida y me pareció que, al verlo, mi visitante se sobresaltaba y se apresuraba a pasar al interior.
   Confieso que estos detalles me sorprendieron desagradablemente y que mantuve en todo momento la mano sobre la culata del arma mientras le seguía hacia la sala de consulta, que estaba brillantemente iluminada. Allí al menos pude contemplarle a mis anchas. Era la primera vez que le veía, de eso estaba seguro. Como ya he dicho, era de corta estatura. Me sorprendió además en él la expresión extraña de su rostro, la rara combinación de actividad muscular y aparente debilidad de constitución y, finalmente, pero no en menor grado, el extraño malestar que causaba su proximidad. Provocaba algo semejante a un escalofrío incipiente al que acompañaba una notable disminución del pulso. En aquel momento lo achaqué a una repugnancia puramente natural y de idiosincrasia, y simplemente me asombré ante lo agudo de los síntomas. Pero desde entonces he hallado motivos suficientes para creer que la causa era mucho más profunda, que se enraizaba en la naturaleza misma del hombre y que respondía a algo mucho más noble que el simple principio del odio. Aquel hombre (que desde el momento en que había traspuesto el umbral de la puerta había despertado en mí una curiosidad llena de disgusto) iba vestido de tal modo que habría hecho reír a una persona normal.

Pincha aquí si quieres leer la novela de Stevenson.

Pista: 20 años antes del nacimiento de Stevenson, un poeta inglés nacido en Somersby publicó un poema dedicado a nuestro monstruo.

miércoles, 31 de octubre de 2018

3.Los ángeles del cielo

De sobra es conocido que Edgar Allan Poe es uno de los más reconocidos autores de los géneros de misterio, terror y policíaco. Quizá sea menos conocida su obra poética, aunque el propio Antonio Machado reconocía que de Poe nacía la poesía moderna.En muchos de sus poemas también logra crear una atmósfera de dramatismo y tensión. Es el caso del poema "Annabel Lee":



Hace muchos muchos años,
en un reino junto al mar,
vivió una doncella que puedes conocer
por el nombre de Annabel Lee;
y esta doncella no vivía con otro pensamiento
que amar y ser amada por mí.

Yo era un niño y ella una niña
en este reino junto al mar
pero nos amábamos con un amor que era más que amor
yo y mi Annabel Lee
con un amor que los ángeles del paraíso
nos envidiaban a ella y a mí.

Y esa fue la razón por la que, hace mucho tiempo,
en este reino junto al mar,
un viento partió desde una nube, helando
Mi amada Annabel Lee;
así que su noble linaje vino
y se la llevó lejos de mí,
para silenciarla en un sepulcro
en este reino junto al mar.

 Los ángeles, no eran ni mucho menos felices en el paraíso,
empezaron a envidiarnos a ella y a mí—
¡Sí!, esa fue la razón (como todo hombre sabe
en este reino junto al mar)
que el viento salió de una nube de noche
helando y matando a mi Annabel Lee.

 Pero nuestro amor era, de lejos, más fuerte que el amor
de aquellos que eran más viejos que nosotros—
de muchos más sabios que nosotros—
ni los ángeles del Paraíso superior
ni los demonios bajo del mar
separarán jamás mi alma del alma
de la hermosa Annabel Lee.

Porque la luna no luce sin evocarme sueños
de la hermosa Annabel Lee;
Y las estrellas nunca ascienden sin ver los brillantes ojos
de la hermosa Annabel Lee;
y así, toda la noche, me acuesto al lado
de mi querida— mi querida— mi vida y mi novia,
en su sepulcro a orillas del mar—
en su tumba junto al sonido del mar.



El ya antiguo grupo musical Radio Futura hizo una versión pop de este poema en 1987. El vídeo clip tiene un aire casi vintage.


Pincha aquí si quieres leer más obras de Edgar Allan Poe.


Pista: en el mismo año en que se estrenó la película La casa Usher, basada en un cuento de Poe, se estrenó también otra película que se desarrolla en torno al monstruo que buscamos.

martes, 30 de octubre de 2018

2.El demonio


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Stephen King es uno de los más célebres y prolíficos escritores actuales de terror y misterio.  Muchas de sus novelas han sido llevadas al cine. Una de ellas, El resplandor, es para muchos una de las películas más aterradoras de todos los tiempos, a pesar de que King siempre la ha rechazado.

El extraño es un microrrelato cuyo desenlace sorprende y obliga, como es habitual en el género, a una nueva lectura:


   Kelso Black se estaba riendo.
   Se rió hasta que el costado empezó a dolerle y la botella de whisky barato que aferraba entre sus manos se le derramó por el suelo.
   ¡Policías idiotas! Había sido tan fácil. Y ahora tenía cincuenta de los grandes en sus bolsillos. ¡Si el guardia había muerto, era tan sólo por su culpa! Se le había atravesado en el camino.
   Riendo, Kelso Black se llevó la botella a los labios. Fue en eso cuando las escuchó: unas pisadas en la escalera que llevaba al ático donde se había escondido.
   Tomó su pistola. La puerta se entreabrió.
   El extraño vestía una chaqueta negra y un sombrero ladeado sobre los ojos.
   -Hola, hola – dijo - . Kelso, he estado observándote. Me agradas muchísimo. – El extraño se rió y le produjo un estremecimiento de horror.
   -¿Quién es usted?
   El hombre se rió de nuevo.
   -Tú me conoces. Yo te conozco. Hicimos un pacto hará casi una hora, en el momento en que le disparaste a ese guardia.
   -¡Lárguese! – la voz de Black se elevó estridentemente
   -¡Lárguese! ¡Lárguese!
   -Ya es hora de que vengas conmigo, Kelso – le dijo el extraño con suavidad – Después de todo, tenemos un largo camino que recorrer.
   El extraño se quitó la chaqueta y el sombrero. Kelso Black contempló aquel Rostro.
   Gritó.
   Kelso Black gritó y gritó y gritó.
   Pero el extraño apenas se rió y, en un instante, el cuarto estuvo silencioso. Y vacío.
   Aunque olía poderosamente a azufre.

Pincha aquí si quieres leer más relatos de Stephan King. Pincha aquí si quieres saber más acerca de Stephen King.

Pista: El nombre y apellido del protagonista de este relato contiene 3 letras que coinciden con el nombre del monstruo que buscamos.

lunes, 29 de octubre de 2018

1.Los barcos fantasmas


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Horacio Quiroga fue un autor uruguayo que vivió entre 1879 y 1937. Su vida estuvo rodeada de tantas tragedias que parece casi inconcebible. No es extraño que muchos de sus cuentos se contagiasen de un modo trágico de contemplar la vida y se sintiese atraído por lo extraño y misterioso.En el cuento "Los buques suicidantes" se centra en el misterio que acompaña a ciertos barcos que apareen a la deriva, sin ningún tripulante a bordo.


El principal motivo de estos abandonos de buque son sin duda las tempestades y los incendios que dejan a la deriva negros esqueletos errantes. Pero hay otras causas singulares entre las que se puede incluir lo acaecido al María Margarita, que zarpó de Nueva York el 24 de agosto de 1903, y que el 26 de mañana se puso al habla con una corbeta, sin acusar novedad alguna. Cuatro horas más tarde, un paquete, no obteniendo respuesta, desprendió una chalupa que abordó al María Margarita. En el buque no había nadie. Las camisetas de los marineros se secaban a proa. La cocina estaba prendida aún. Una máquina de coser tenía la aguja suspendida sobre la costura, como si hubiera sido dejada un momento antes. No había la menor señal de lucha ni de pánico, todo en perfecto orden. Y faltaban todos. ¿Qué pasó?


          La noche que aprendí esto estábamos reunidos en el puente. Ibamos a Europa, y el capitán nos contaba su historia marina, perfectamente cierta, por otro lado.          

            La concurrencia femenina, ganada por la sugestión del oleaje susurrante, oía estremecida. Las chicas nerviosas prestaban sin querer inquieto oído a la ronca voz de los marineros en proa. Una señora muy joven y recién casada se atrevió:


          —¿No serán águilas…?


          El capitán se sonrió bondadosamente:


          —¿Qué, señora? ¿Aguilas que se lleven a la tripulación?


          Todos se rieron, y la joven hizo lo mismo, un poco cortada.


          Felizmente un pasajero sabía algo de eso. Lo miramos curiosamente. Durante el viaje había sido un excelente compañero, admirando por su cuenta y riesgo, y hablando poco.


          —¡Ah! ¡Si nos contara, señor! —suplicó la joven de las águilas.


          —No tengo inconveniente —asintió el discreto individuo—. En dos palabras: en los mares del norte, como el María Margarita del capitán, encontramos una vez un barco a vela. Nuestro rumbo...


Pincha aquí si quieres leer el cuento entero y aquí si quieres conocer algo más de la vida y la obra de Horacio Quiroga.


Pista: el monstruo que buscamos habita en el mismo medio en el que se desarrolla el cuento de Horacio Quiroga.

viernes, 27 de abril de 2018

6.Casida del sediento

Llegamos hoy al final de nuestro viaje. Aquí encontrarás la última letra de nuestro oasis. Combínalas todas para formar el nombre del oasis que es nuestra meta. Envía tus respuestas a nuestro correo: bibliotecaiesarenas@gmail.com. Entre todos los acertantes, sortearemos 3 premios.


Nuestro último texto pertenece al célebre poeta Miguel Hernández. Puedes disfrutar de una bellísima versión musical en la voz de Carmen Linares




"Oasis abierto. Miguel Hernández flamenco." Carmen Linares estreno en Alicante from Cabofaro on Vimeo.




Casida del sediento

Arena del desierto
soy, desierto de sed.
Oasis es tu boca
donde no he de beber.
              
Boca: Oasis abierto
a todas las arenas del desierto.

Húmedo punto en medio
de un mundo abrasador
el de tu cuerpo, el tuyo,
que nunca es de los dos.
              
Cuerpo: pozo cerrado
a quien la sed y el sol han calcinado.



Puedes leer más poemas de Miguel Hernández si pinchas AQUÍ


jueves, 26 de abril de 2018

5.Un pequeño oasis de bambú

Rosa Chacel fue una escritora de la Generación del 27 nacida en Valladolid en 1898, aunque se trasladó con su familia a Madrid a los 10 años. En este fragmento, el oasis se identifica, como sucede frecuentemente, con uno de sus rasgos más llamativos, la vegetación, que se carga de una connotación especial: la de la unión imprescindible del hombre y la naturaleza.


A estas horas estará ya medio patio en sombra. Pero aún quedará un poco de sol en el oasis.

Nuestro patio, tan desnudo y tan carcelario, lleno de los llantos de los chicos y de todas las voces del interior, ¿cómo iba a ser tan aprisionador del sol y tan risueño en ciertas horas si no fuera por el oasis? Esos pobres bambúes, plantados en su barril, con sus apidistras abajo y su pelusilla verde alrededor del sumidero, hacen del patio periscopio de las primeras y últimas alegrías del día, le obligan a sorberlas por encima de la casa y de todo el barrio para guardarlas, presas entre sus paredes blancas.
(Estación. Ida y vuelta)






Si quieres leer más textos de Rosa Chacel, pudes pinchar AQUÍ.

miércoles, 25 de abril de 2018

4.Viajes

Como ya vimos, el imaginario colectivo ha categorizado al oasis como un lugar asociado al viaje y la aventura. El desierto es una especie de prueba, un tablero de dificultades cuyas casillas de salvación son los oasis.
Este poema del chileno Vicente Huidobro, escritor cosmopolita, padre del creacionismo, iguala las connotaciones del desierto y sus oasis al de otros nombres geográficos de resonancias míticas y a la vez tópicas.




Expres

Una corona yo me haría
De todas las ciudades recorridas
Londres Madrid París
Roma Nápoles Zurich

Silban en los llanos
Locomotoras cubiertas de algas

Aquí nadie ha encontrado

de todos los ríos navegados
Yo me haría un collar

El Amazonas El Sena
El Támesis El Rin

Cien embarcaciones sabias
Que han plegado las alas

Y mi canción de marinero huérfano
Diciendo adiós a las playas

Aspirar el aroma del Monte Rosa
Trenzar las canas errantes del Monte Blanco
Y sobre el Zenit del Monte Cenis
Encender en el sol muriente
El último cigarro

Un silbido horada el aire
No es un juego de agua

Adelante

Apeninos gibosos
Marchan hacia el desierto

Las estrellas del oasis
Nos darán miel de sus dátiles

En la montaña
El viento hace crujir las jarcias
Y todos los montes dominados
Los volcanes bien cargados
Levarán el ancla.

               (Vicente Huidobro)






Puedes leer más poemas de Vicente Huidobro pinchando AQUÍ.

En busca del enamorado (4)

ISABELA         Duque Octavio, por aquí                              podrás salir más seguro.      D. JUAN           Duquesa, de...